domingo, 31 de marzo de 2013


Climas (Iklimler) es una película de Nuri Bilge Ceylan (director y guionista de origen turco). Obtuvo el reconocimiento de la Federación Internacional de Críticos de Cine en el Festival de Cannes del 2006.

El tema de la película es el desencuentro entre un hombre y una mujer. Se trata de un relato de separación, soledad y el intento imposible de revivir ese misterioso y frágil sin sentido que sostenía el amor y el deseo.

El sonido ambiente, las respiraciones que se oyen al mismo tiempo que se ven en el acompasado movimiento del pecho de Bahar, la piel transpirada (gracias a las virtudes del macro), son la expresión corporal en clave femenina de lo inefable del amor y su muerte. Y es que -como en el Banquete de Platón- en el film de Ceylan la maestra del amor es la mujer. Pero Bahar no es Diotima, y su maestría no se expresa en las palabras, sino en el cuerpo.

Ceylan muestra en la superficialidad de los diálogos del comienzo la imposibilidad de las palabras para expresar en la mujer que ama, ese exceso que aparece en una lágrima inesperada, en una risa extemporánea y en un arrebato de ira que los llevará a la ruptura; en el hombre, la distancia infinita del que ya no ama ni desea, del que tiene un cuerpo que duele pero no siente. En efecto, el cuerpo masculino aparece como una marioneta que va del sexo más crudo e insensato con Serap a la sensiblería de una cajita musical y unas vulgares fotografías de vacación -ofrenda para una equívoca y falaz reconciliación- que Bahar en principio rechaza.  

La genialidad de la película es precisamente el relato cinematográfico de ese desencuentro, la expresión sutil de esa diferencia absoluta en el modo en que ese hombre y esa mujer experimentan la muerte del amor.

Paula Sch