Climas (Iklimler) es una película de Nuri Bilge Ceylan (director y
guionista de origen turco). Obtuvo el reconocimiento de la Federación Internacional de Críticos
de Cine en el Festival de Cannes del 2006.
El tema de la película es el
desencuentro entre un hombre y una mujer. Se trata de un relato de separación, soledad
y el intento imposible de revivir ese misterioso y frágil sin sentido que
sostenía el amor y el deseo.
El sonido ambiente, las
respiraciones que se oyen al mismo tiempo que se ven en el acompasado movimiento
del pecho de Bahar, la piel transpirada (gracias a las virtudes del macro), son
la expresión corporal en clave femenina de lo inefable del amor y su muerte. Y
es que -como en el Banquete de Platón- en el film de Ceylan la maestra del amor
es la mujer. Pero Bahar no es Diotima, y su maestría no se expresa en las
palabras, sino en el cuerpo.
Ceylan muestra en la
superficialidad de los diálogos del comienzo la imposibilidad de las palabras
para expresar en la mujer que ama, ese exceso que aparece en una lágrima
inesperada, en una risa extemporánea y en un arrebato de ira que los llevará a
la ruptura; en el hombre, la distancia infinita del que ya no ama ni desea, del
que tiene un cuerpo que duele pero no siente. En efecto, el cuerpo masculino
aparece como una marioneta que va del sexo más crudo e insensato con Serap a la
sensiblería de una cajita musical y unas vulgares fotografías de vacación -ofrenda
para una equívoca y falaz reconciliación- que Bahar en principio rechaza.
La genialidad de la película es precisamente
el relato cinematográfico de ese desencuentro, la expresión sutil de esa
diferencia absoluta en el modo en que ese hombre y esa mujer experimentan la
muerte del amor.
Paula Sch