Azarosamente, como se produce todo encuentro amoroso, di con un film que por su título en castellano, Invitación de Boda, hubiera desestimado de inmediato. Sin embargo, me dejé llevar por su procedencia a riesgo de que fuese una de esas tantas comedias que se sitúan en ciudades exóticas para la cultura occidental y que pintan de colores y músicas la misma estúpida situación netflixteana que podría darse con Miami o Helsinki, da igual, como escenario. Expresiones todas de ese falso e hipócrita multiculturalismo que pasa por el lavarropas todas las culturas y las vuelve iguales, planchaditas, pero manteniendo la intensidad del color local para hacerlas parecer diferentes.
Por fortuna,
"Invitación de Boda" (Wajib) en nada se parecía a esas bazofias. Dos
hombres, padre e hijo, recorren Nazareth en un viejo automóvil para llevar,
casa por casa, las invitaciones a la boda de Amal, hija de Abu Shadi y hermana
de Shadi. Las mujeres, prácticamente ausentes en el film, son lejanas estrellas
en torno de las cuales orbita el mundo masculino y las conversaciones entre
padre e hijo. Especialmente la madre de Shadi y ex mujer de Abu Shadi, sin rostro
ni voz en toda la película, es un personaje central en la historia. Como una
extranjera ha enseñado, acaso a través de métodos no muy felices, al hombre (Abu Shadi) a amar como padre, pero también
como madre. Eso hace de Abu Shadi un personaje tierno y algo cómico: un padre atravesado de debilidades, pequeñas y tontas
mentiras como ruinas de viejos y derrotados mandatos, concesiones a las diferencias generacionales que sólo puede hacer
alguien que ha sabido del riesgo que el amor como apuesta conlleva, y que no
se detiene ante minucias. Incluso un conflicto político puede ser desestimado
ante lo verdadero de la amistad. En tiempos de grietas, la película trae como
regalo de bodas, de uniones, algo de redención.
Annemarie Jacir,
mujer, cineasta, poeta. Todas esas cualidades puestas de manifiesto en esta
hermosa película de la realizadora palestina. Incluso la sutileza con que
Annemarie alude a su posición política respecto del conflicto palestino-israelí
en el film, pero también por fuera de la ficción en la elección de los actores.
Por motivos de
ASPO/DISPO, queridos amigos y amigas, no podré llevarles a vuestra casa la
invitación, pero tomen este texto como un convite a la boda entre ustedes
mismos/as y la obra de Annemarie.