El Gusto de los otros (Le Goût
des autres) es la opera prima de Agnés Jaoui. Fue estrenada en el año 2000, y recibió
diversos premios en Francia y a nivel internacional.
El film de Jauoi es un sutil ensayo
sobre el modo en que el malentendido, el
miedo y los prejuicios circundan las relaciones humanas, acechándolas y poniendo en peligro la amistad
y el amor.
Un empresario (Jean-Pierre Bacri),
una actriz de teatro (Anne Alvaro), un chofer (Alain Chabat), un guardaespaldas (Gérard Lanvin), y una moza
de bar (Agnés Jaoui) proceden de mundos diferentes, y se encuentran sin querer.
Claire está desanimada por sus fracasos amorosos y -aunque es una maravillosa
actriz- sufre por la incertidumbre de quienes, en estos tiempos, se dedican al
teatro independiente. Christian Castella -un exitoso empresario- ha visto a
Claire en el papel de Berenice y conmovido por su magnífica actuación, descubre
en sí mismo una insospechada sensibilidad para el arte. Frank (el guardaespaldas
de Castella) es un tipo duro y pesimista, una suerte de Phillip Marlowe, y Bruno
(el chofer) una persona crédula y romántica, que a pesar de todo persiste en su
modo de ser como si repitiera una y siempre la misma nota. Finalmente, Manie -la
amiga de Claire- es una joven camarera, entregada a las relaciones
superficiales, la vida nocturna y la marihuana.
El encuentro entre ellos se
produce en torno de la puesta en escena de Berenice, la tragedia de Racine que
representa un amor imposible, incapaz de vencer la diferencia. La película
trata de mostrar que incluso lo más superficial -como puede ser el gusto del
otro- constituye a veces un límite y una distancia tan grande entre los seres
humanos como los que pueden establecer las leyes de un imperio. Sin embargo, misteriosamente esas fronteras a veces se disuelven, y el amor y el
deseo acontecen.
Excelente historia, muy buenas actuaciones, y deliciosa música de Pat Metheny.
Paula Sch