martes, 2 de abril de 2013


Elena (ELENA) es el tercer largometraje del director ruso Andrei Zvyantiev. Obtuvo el reconocimiento especial del Jurado en el Festival de Cannes de 2011.
  
En tiempos de la perestroika, los jóvenes de este lado solíamos escuchar un famoso tema de Sting que rezaba “los rusos también aman a sus hijos”. ¡Y vaya si Elena –la protagonista del film- los ama! Tanto que ante sus actos, como ante los de la mujer de Menelao, Zvyantiev nos deja con el juicio suspendido.

Elena vive en un descolorido y lujoso departamento en Moscú, idéntico a otros miles de su condición en una ciudad cualquiera del mundo globalizado. Desayuna en silencio con su esposo (Vladimir), mientras se escucha de fondo un programa de preguntas y respuestas o quizá un patético reality show. Su vestimenta sobria y el pelo recogido, nos retrotraen a un estilo femenino ajeno a las modas del mundo capitalista, que seguramente en la ex Unión Soviética ha perdurado hasta la madurez de Elena.

En medio de un paisaje suburbano, de las monumentales ruinas de lo que parece haber sido una central atómica (signo indiscutible el antiguo poderío ruso), en un raído monoblock del antiguo barrio obrero, vive el hijo de su anterior matrimonio (Sergei) con su familia, arrojado en la desocupación, la marginalidad y la pobreza -regalos que la caja de Pandora del capitalismo llevó consigo a las tierras de Dostoiewski. Elena teme porque su nieto Sasha –no pudiendo acceder a la Universidad por sus malas calificaciones- sea destinado al Ejército. Es así que -como una heroína trágica- asumirá sobre su cuerpo y su alma la “salvación” de su familia. Sin embargo, el sentido final de sus actos quizá esté develado de antemano en las palabras que la bella y perdida Katerina le dice a su padre moribundo.



Paula Sch

2 comentarios:

  1. Bajo una apariencia gélida, 'Elena', de Andrey Zvyagintsev, esconde calientes vericuetos emocionales, sobre la familia, la generosidad, el amor, el deber o la mezquindad. Se admiten diferentes puntos de vista y el resultado es del todo desasosegante. Merece la pena. UN saludo!!!

    ResponderEliminar